A decir verdad, sin que me quede nada por dentro, los únicos cayos que conozco son los de mis pies. Por una política que aún no acabo de entender, desde el triunfo de la Revolución hasta el año 2000, los cubanos residentes en la isla teníamos vetada la entrada a los cayos. Con la apertura del nuevo gobierno, sigue siendo una incógnita para muchos ya que el poder adquisitivo no da margen a estas exclusividades. Son lugares paradisíacos para pleno descanso (lo sé por artículos y documentales) y disfrute de la naturaleza. También puede que sea un trozo de Europa en un clima tropical.
Meliá Cayo Santa María
Meliá Cayo Santa María
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